Cuando se genera un tumor en cualquier parte del organismo (tumor primario), éste se vasculariza creando sus propios vasos sanguíneos con el fin de alimentarse y de este modo poder sobrevivir y además seguir creciendo. Es un proceso que se conoce como angiogénesis y que facilita que las células cancerosas más competentes pasen al torrente sanguíneo y viajen a través de la sangre y los vasos linfáticos hacia el resto del cuerpo. Si estas células son capaces de traspasar los capilares que llevan la sangre a otros órganos, entonces se asientan en ellos y, si evolucionan y se adaptan a ese nuevo medio, comienzan a reproducirse y a generar un nuevo tumor (tumor secundario). Es la metástasis, aunque los oncólogos también la denominan enfermedad diseminada, enfermedad a distancia o enfermedad secundaria.
Conviene saber que cuando aún no se han generado metástasis se dice que el cáncer está localizado y si las hay, entonces el cáncer es diseminado o metastásico. La existencia o no de metástasis tiene importantes consecuencias clínicas. La más importante se refiere al pronóstico y las posibilidades de curación. Si no hay metástasis se tiene la opción de eliminar el tumor mediante cirugía y existen claras opciones de curación, complementando en muchos casos este tratamiento con quimioterapia y radioterapia. En caso contrario la cirugía no será una opción de tratamiento y éste se centrará en el uso de quimioterapia y radioterapia: será de carácter paliativo y tenderá a aliviar los posibles síntomas, mejorar la calidad de vida y aumentar el tiempo de supervivencia.
Referencia:
1.Biblioteca de salud. Sanitas
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